Durante las últimas semanas, el grupo ha creado numerosas tarjetas diseñadas por ellos mismos con las llamadas "hazañas de felicidad". Estas breves tareas pretenden animar a la gente a hacer algo bueno por sí misma o a hacer un pequeño regalo a otra persona, animal o a la naturaleza.
Este lunes, el grupo se dirigió al centro de Gronau con las tarjetas que habían elaborado. Allí, los alumnos repartieron las tarjetas a los transeúntes. Muchos las recibieron con una sonrisa, algunos entablaron una breve conversación o se mostraron gratamente sorprendidos.
Para el grupo, la actividad fue una experiencia práctica de lo fácil que puede ser transmitir amabilidad. Y quizá ahora las tarjetas lleguen incluso más lejos, combinadas con nuevos pequeños gestos que alegren un poco el día a los demás. Quién sabe a quién más habrán contagiado esta felicidad.


